"La liberación no sería el acceso a un mundo angelical, si no la entrada en una historia en la que el ser humano viviría el mismo su propio drama y no, como ahora, un drama ajeno que lo sacrifica día a día y lo encamina, sin que él pueda intervenir para nada, a la destrucción"

B.E.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Últimas palabras Salvador Allende , 11 Septiembre 1973









7:55 A.M. Radio Corporación
Habla el presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.
En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.
En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero presidente de la República.

8:15 A.M.
Trabajadores de Chile:
Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976. Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.

8:45 A.M.
Compañeros que me escuchan:
La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.

9:03 A.M. Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.

9:10 A.M.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.

viernes, 9 de septiembre de 2011


Evolución de las herramientas en la génesis e historia humanas
Julio Boltvinik
S
i bien el fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado tiene que ser empíricamente verificado, conceptualmente lo que me parece fuera de duda es que en la trayectoria humana que arranca en la antropogénesis y está ahora en el umbral de una nueva época, el trabajo es central. Éste está pasando por una transformación radical que modifica su carácter mismo, por lo que resulta evidente la importancia de reflexionar sobre el significado de la encrucijada civilizatoria y antropológica que vivimos.
Dice György Márkus (sistematizando a Marx) que lo que “ante todo distingue al hombre del animal es su específica actividad vital, el trabajo, que constituye su más propia esencia”. Trabajo es “ante todo una actividad que se orienta a la satisfacción de necesidades no directamente sino sólo a través de mediaciones. Estas mediaciones son, sobre todo, medios de trabajo (o de producción) producidos por el propio ser humano, son herramientas que “el hombre sitúa entre sí mismo y el objeto de su necesidad y hace actuar como criterio de su actividad”. Mientras en los animales los medios de producción (garras, dentadura, cuernos, etcétera) son parte de su organismo y son producto de la evolución biológica, en el ser humano los medios de producción son externos1. Esto lo ha expresado de manera gráfica Desmond Morris, a partir de la situación del simio que vivía en los árboles y comía frutas y se vio obligado a bajar al nivel del suelo por cambios climáticos:
La evolución podría haber favorecido el camino de desarrollar un matador más típico, parecido a gatos y perros, una especie de gato-simio, por el proceso de alargar los dientes y uñas para convertirlos en armas en forma de colmillos y garras. Pero esto los habría puesto en competencia directa con los altamente especializados gatos y perros matadores y hubiese sido desastroso para los primates involucrados. En su lugar, un nuevo enfoque fue adoptado: desarrollar armas artificiales en lugar de naturales, y funcionó.2
Pero el trabajo es una actividad no sólo mediada sino también conscientey este rasgo también distingue al ser humano del animal. Dice Marx:
“Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta operaciones que recuerdan las del tejedor, y una abeja avergonzaría, por la construcción de las celdillas de su panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor abejaes que el primero ha modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera. Al consumarse el proceso de trabajo surge un resultado que antes del comienzo de aquél ya existía en la imaginación del obrero, o sea idealmente. El obrero no sóloefectúa un cambio de forma de lo natural; en lo natural, al mismo tiempo efectiviza su propio objetivo, objetivo que él sabe que determina como una ley, el modo y manera de su accionar y al que tiene que subordinar su voluntad.” (Karl Marx, El Capital, Tomo I, Vol. I, p. 216, edición Siglo XXI.)
Por tanto, el trabajo es actividad mediada conciente. Además, el trabajono sólo transforma la naturaleza exterior, sino que altera también la naturaleza del hombre mismo que se apropia de nuevas potencialidades esenciales, propiedades, capacidades y necesidades humanas (Márkus, op. cit.pp. 22-23). En síntesis, el trabajo semanifiesta como proceso de auto-creación del hombre en la historia(Ibíd. p. 31). Esta actividad mediada conciente de auto-creación humana, ha llegado a una etapa de transformación radical que, como dice Rifkin, puede llevar a la humanidad a una edad de oro o a la descomposición social. Elemento central en dicha historia es la evolución de las herramientas, de las fuerzas productivas: desde las primeras herramientas de mano, pasando por arcos y flechas y el molino hidráulico, hasta la fábrica totalmente automatizada. Salto fundamental, la revolución industrial consistió centralmente en el desarrollo de maquinaria. Marx distingue: elmecanismo motor, el mecanismo de transmisión y la máquina-herramienta. Ubica la esencia de la revolución industrial en la última:
La máquina-herramienta es un mecanismo que ejecuta con sus herramientas las mismas operaciones que antes efectuaba el obrero con herramientas análogas. El número de herramientas con que opera simultáneamente una máquina-herramienta, se ha liberado desde un principio de las barreras orgánicas que restringen la herramienta de un obrero” (El Capital, Tomo I, Vol. II, Siglo XXI, pp. 454-455).
De la maquinaria de los siglos XVIII y XIX, fruto de la revolución científico-técnica, se llega en la segunda mitad del XX a los complejos autónomos de producción:
[Como resultado del] desarrollo impetuoso de la ciencia y la técnicalos instrumentos de trabajo superan los límites de las máquinas mecánicas y asumen funciones que los convierten, en principio, en complejos autónomos de producción; el aspecto subjetivo de la producción, invariable durante siglos, se modifica: desaparecen progresivamente las funciones de la producción directa realizadas por la fuerza de trabajo simple; la técnica va suplantando al hombre en las funciones directas de ejecución, de manutención, de manipulación y, finalmente, de regulación. Nuevas fuerzas productivas sociales penetran en el proceso directo de producción; la principal es la ciencia y sus aplicaciones técnicas. La originalidad que lo define comorevolución científico-técnica, está en que modifica radicalmente el lugar ocupado por el hombre. Elimina completamente la actividad del hombre en la producción directa y la traslada a las etapas preproductivas: a la preparación tecnológica, a la investigación, a la ciencia, a la preparación del hombre. Asegura eltriunfo del principio automático en el más amplio sentido del término.” (Radovan Richta et al., La civilización en la encrucijada, Artiach, Madrid, 1972, pp. 35-38.)
La actividad humana de hoy (en principio) sería: 1) diseñar robots; 2) programar los robots pre-existentes para que fabriquen los recién diseñados; 3) programar los nuevos robots para que fabriquen los bienes o provean los servicios planeados; y 4) vigilar, a través de monitores, que los procesos productivos marchen adecuadamente e intervenir sólo cuando resulta necesario; 5) la investigación y el desarrollo tecnológico. Como dicen Radovan Richta y coautores,
“una vez que el hombre cesa de producir las cosas que las cosas mismas pueden producir en su lugar, se abre ante él la posibilidad de consagrarse a una actividad creadora que movilice todas sus fuerzas, que tienda a la investigación de vías nuevas, a la expansión de sus capacidades. La difusión general de este tipo de actividad humana marcará de hecho la superación del trabajo”.
Partiendo de lo precedente y de la discusión sobre evolución humana de mi tesis doctoral, podemos postular las siguientes etapas en la evolución del trabajo humano desde su génesis: a) uso eventual de herramientas naturales (simios); b) uso sistemático de herramientas no fabricadas (simios bípedos); c) fabricación semi-conciente de herramientas, en la cual el producto no está plenamente moldeado (antes de hacerlo) en la mente del productor (Homo habilis); d) fabricación plenamente conciente de herramientas de piedra (Homo erectus); e) fabricación de herramientas de metal (Homo sapiens); f) maquinaria (siglo XVIII); g) sistemas autónomos de producción (2ª mitad del Siglo XX). La gráfica muestra la evolución de las ventas de robots electrónicos en el mundo, indicador de la última etapa.
1 György Márkus, Marxismo y ‘antropología’, Grijalbo (1973/1985), pp. 18-19.
2 Desmond Morris, The Naked Ape. A Zoologist’s Study of the Human Animal, Delta Publishing, Nueva York, 1967/1999, p. 21. Hay edición en español titulada El mono desnudo(Random House Mondadori).

jueves, 1 de septiembre de 2011

El imperialismo estadounidense y la Farsa de la insurrección libia


El método libio, grave amenaza para América Latina
Ángel Guerra Cabrera
C
on la fórmula desplegada en la agresión contra Libia por la OTAN se intenta configurar un nuevo patrón, aplicable a otros países con algunas variantes. Según declaró Ben Rhodes, vicejefe del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos en entrevista con Foreign Affairs, elmétodo utilizado por la administración de Obama en el país norafricano es más efectivo al de gran despliegue de tropas aplicado por Bush en Irak y Afganistán. Cabría añadir que continuado por el actual inquilino de la Casa Blanca, y superado en el segundo país, pero no nos distraigamos. El tema fundamental ahora es la grave amenaza de repetición de este engañoso y taimado esquema en otros países con recursos de interés estratégico para Washington y sus aliados o intolerables posturas políticas independientes, como unos cuantos en América Latina y el Caribe.
Rhodes, un apellido, por cierto, de alcurnia colonialista como pocos, apunta: El hecho es que la marcha de los libios dentro de Trípoli, no sólo proporciona una base de legitimidad sino también un contraste con la situación cuando un gobierno extranjero es el ocupante. Según él Obama subrayó desde el comienzo de la intervención en Libia dos principios. Primero, era mucho más legítimo y efectivo para el cambio de régimen que fuera perseguido por un movimiento autóctono y no por Estados Unidos. Segundo, poner énfasis en compartir la carga y recibir una significativa contribución internacional en lugar de cargar con el grueso del esfuerzo. A confesión de parte relevo de pruebas. Así que la zona de exclusión aérea para proteger a la población –reclamada insistentemente por Obama, Sarkozy y Cameron a fin de conseguir la aprobación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU– era una burda mentira pues el verdadero objetivo, confiesa Rhodes, era el cambio de régimen. Claro, se necesitaba mucha candidez para creer lo de la protección a la población, pero Rusia y China, con cuestionable perspectiva estratégica, optaron por la omisa abstención. Sin contar las bocinas asalariadas, no faltaron intelectuales y analistas incautos que llevaran agua al molino de la agresión con prédicas suspendidas en el vacío que minimizan el principio de no intervención.
Una vez arrancada la resolución al exclusivo y selecto club que controla la ONU, la OTAN la hizo trizas a punta de matar civiles y destruir gran parte de la infraestructura de Libia con bombardeos no autorizados por aquel, siempre en función de arrasar los lugares por donde debía avanzar la pandilla de Bengazi. Es obvio que también pensando en lareconstrucción por compañías de países de la propia alianza atlántica, que no reconstruyen nada pero ganan mucho dinero. No conforme con eso, vulneró groseramente una prohibición expresa de la resolución al entrenar y armar a los alzados y lanzar a la guerra fuerzas y medios militares terrestres de Estados Unidos, Francia, Inglaterra, las contrarrevolucionarias monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo y la jordana. En síntesis, lo que se suponía tenía el propósito de proteger a la población libia se convirtió en una intervención militar extranjera de considerable magnitud contra esa misma población. Eso sí, presentada mediante trucos y detestables montajes mediáticos, como una idílica proeza de los idealistas rebeldes libios. Para colmo, la fuerza que ocupó Trípoli no está formada por la anárquica y aventurera tropa de Bengasi sino por fogueados militantes libios de Al Quaeda con apoyo de tribus bereberes de las montañas Nafusa, entrenados por fuerzas especiales estadunidenses.
Se machaca por numerosos papagayos mediáticos la semejanza de Kadafi con Chávez, algunos invitando abiertamente a aplicarle, como a Cuba, la solución libia, que estrafalariamente vinculan con un 15-M. En realidad, se trata de repetir, principal –pero no únicamente– contra los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas el guión de larebelión reprimida por el dictador y la operación aérea para proteger a la población. Como tal escenario no va a ocurrir en países donde el pueblo es protagonista del poder, la viabilidad de la intervención depende del montaje de una realidad virtual aprovechando el control monopólico mediático de Washington. Denunciarlo y desnudarlo desde ahora y prepararse para enfrentarlo en todos los terrenos es trascendental para la independencia y la paz de nuestra América y del mundo.

sábado, 27 de agosto de 2011

Eduardo Galeano, El derecho al delirio. (2000)

El derecho al delirio
Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuando nació.
El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el 
mundo entero celebra y teme esta frontera.

Una invitación al vuelo
Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.

La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:

el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;

la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;

el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;

la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;

se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;

en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;

los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;

los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;

los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;

los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;

la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;

la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;

nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;

el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;

la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;

nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;

los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;

los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;

la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;

la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;

la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;

una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;

en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;

la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;

la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;

serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;

los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;

seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;

la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.


Eduardo Galeano